El sector TIC en Costa de Marfil. ¿Es posible el teletrabajo?
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17 de junio, 2020Dos meses después de la declaración del estado de alarma en España, pasada la curva y los peores momentos, nos preguntamos: ¿qué pasará después? ¿cómo se recuperará la economía? ¿cómo está afectando y afectará el COVID-19 a África y a los mercados africanos?
Son muchos interrogantes y la mayoría sin respuesta clara, pero desde How2Go vamos a aportar nuestro granito de arena para tratar de minimizar tanta incertidumbre con información actualizada gracias a nuestra presencia permanente en África Occidental.
Situación actual del COVID-19 en África
El hecho más evidente hoy día es que, pese a que en África se preveía toda una catástrofe tanto en el ámbito sanitario como económico, la realidad es que las cifras contradicen los pronósticos iniciales.
Los gobiernos de los países africanos reaccionaron de forma rápida y contundente frente a la pandemia y hasta el 70% de ellos cerró sus fronteras y declaró el confinamiento, sobre todo en las grandes ciudades, antes de llegar a los 10 casos de infección por COVID-19. Así, por ejemplo, Costa de Marfil cerró sus fronteras al tráfico de pasajeros el 22 de marzo (no así al tráfico de mercancías, por lo que la actividad comercial sigue en marcha) y Abidjan, capital económica de Costa de Marfil, quedó oficialmente aislada del resto del país el 30 de marzo.
Desde el 23 de marzo en Costa de Marfil, y en fechas similares en la mayoría de países africanos, se cerraron los bares, restaurantes y centros de ocio, en algunos casos también los mercados, se prohibieron las reuniones y los eventos como ferias, foros y congresos se cancelaron hasta nueva orden. Aun así, es cierto que en Abidjan, donde las medidas de confinamiento son algo menos estrictas que en Dakar, por ejemplo, sigue habiendo atascos diarios y cierta masificación en el transporte público y en los mercados abiertos, pero en mucha menor medida que antes. La distancia social no siempre se respeta, básicamente porque a veces no es posible, y el confinamiento total solo se produce durante los toques de queda de cada país. Pese a todo, el virus no está haciendo estragos y la situación no es preocupante.
Un informe de la OMS estima el número de muertes en África en 190.000 para 2020, cifra mucho menor que la planteada inicialmente por la Comisión Económica para África de las Naciones Unidas (UNECA) que preveía 300.000 muertes, debido al precario sistema sanitario con solo nueve camas en UCI por cada millón de personas.
La buena noticia es que las cifras no dan la razón a estas pesimistas previsiones y la pandemia no se está propagando exponencialmente como sí lo ha hecho en la mayor parte del mundo. A 12 de mayo, el número de infectados en toda África ascendía a 55.000 y el número de fallecidos a 2.400. A pesar de ello, la OMS pide prudencia porque aún queda un largo camino por recorrer.
En el caso de Costa de Marfil, a 12 de mayo y sobre un total de 14.618 test efectuados, había 1.587 contagios confirmados, el 98% de ellos concentrados en Abidjan, 21 muertes y 1.016 casos activos.
¿Por qué el COVID-19 está teniendo un menor impacto en África?
La juventud de la población en África, con una edad media de 18 años, se presenta como la principal razón de la baja incidencia de la enfermedad por COVID-19, o que ésta curse con pocos síntomas o de forma asintomática.
Además, la menor tasa de tabaquismo y sobrepeso, así como el hecho de que la actividad social se realice mayoritariamente en la calle en lugar de en sitios cerrados, parece que también influyen positivamente en la contención de la pandemia.
Junto con la juventud, no cabe duda de que la experiencia previa de los Gobiernos y de la población africana en general en afrontar crisis sanitarias anteriores ha permitido que las medidas de prevención se apliquen muy rápidamente. Uno de los mejores ejemplos de esto es el uso habitual de geles hidroalcohólicos desde la pasada crisis del ébola: para cuando nosotros nos hemos querido acostumbrar a lavarnos las manos continuamente y a incorporar los geles desinfectantes en nuestro día a día, en las ciudades de muchos países de África ha bastado la primera alerta para que la población vuelva a comprar gel en formato pequeño para llevarlo siempre encima. De igual forma, antes siquiera de confirmar los primeros casos de COVID-19, en los aeropuertos africanos ya se tomaba la temperatura a los pasajeros y proporcionaban gel desinfectante a cada uno antes de poner un pie en la terminal.
Por último, mencionar que, aún a falta de confirmación científica, parece que las temperaturas más cálidas frenan la propagación del virus.
Motivos para la esperanza
El Banco Mundial prevé un paquete de apoyo financiero a la contratación pública en África subsahariana de 265 millones de dólares, lo que supone una inyección de confianza en la economía de estos países y un apoyo a sus necesidades estructurales, como palanca estratégica para su crecimiento y desarrollo.
Es evidente que la pandemia tendrá consecuencias negativas para la economía mundial y el FMI prevé una caída del PIB global del 3% en 2020.
No obstante, algunos Estados sufrirán menos que otros y entre estos destacan varios países de África, como Senegal, que aún crecerá un 3% este año, mientras que Costa de Marfil, que lleva ocho años entre las diez economías que más crecen en el mundo como vimos en el artículo “El sector de la construcción en Costa de Marfil: 6 razones para exportar a este mercado”, aún crecerá un 2.7% en 2020 frente al 7,5% previsto y, según el FMI, será la economía africana con mayor crecimiento en 2021 con un 8,7%.
Otros países como Nigeria y Ghana, también en África Occidental, cuyas economías dependen mucho de los precios de los hidrocarburos, sufrirán más, sin duda. Y, por supuesto, todos tendrán que lidiar con las consecuencias de la crisis económica de sus aliados comerciales en el resto del mundo, pero países como Costa de Marfil y Senegal, entre otros, seguirán en crecimiento y siendo un mercado seguro de exportación para las empresas españolas.
Otro motivo para la esperanza es el hecho constatable de que África se está industrializando poco a poco. La industrialización viene siendo un objetivo estratégico de la mayoría de los gobiernos africanos para transformar sus materias primas y producir localmente, diversificando así su economía y aportando crecimiento, empleo y desarrollo. Aunque lenta y a veces demasiado dependiente de inversiones extranjeras, la pandemia del COVID-19 está reforzando la necesidad de la industrialización e, incluso, la está acelerando. Costa de Marfil, por ejemplo, ya tiene 13 empresas locales certificadas para producir localmente mascarillas contra el COVID-19, con una capacidad de producción de 500.000 unidades al día y 15 millones al mes, según el ministro de Comercio e Industria.
How2Go a tu lado para ayudarte a incrementar tus exportaciones a África
How2Go sigue trabajando en África Occidental, tanto de forma presencial desde su oficina en Costa de Marfil como de forma telemática y, a pesar de retrasos y dificultades añadidas, son varios los contenedores que han viajado desde España a Costa de Marfil, incluso en estas fechas.
Como veíamos en el artículo “Cinco pautas a la hora de exportar a África Occidental”, para hacer negocios en África es preciso generar una relación de confianza, tener mucha paciencia y perseverancia y asegurar una presencia local o al menos un seguimiento continuado y fluido desde el país de origen. Y sí, seguirá siendo necesario viajar allí y estrechar la mano de nuestros interlocutores. A la espera de que se abran de nuevo las fronteras, podemos ir cultivando esas relaciones y fomentando esa confianza que generará ventas.
How2Go sigue aquí, a vuestra disposición, para ayudaros exportar a Costa de Marfil, adaptándonos y escogiendo siempre la mejor forma de hacerlo, con pandemia o sin pandemia.
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