Últimamente se ha estado hablando mucho sobre las negociaciones del TTIP con Estados Unidos. En este artículo vamos a tratar de responder a las cuatro preguntas clave sobre el TTIP.
TTIP son las siglas inglesas para Transatlantic Trade and Investment Partnership un acuerdo comercial bilateral que se está negociando entre la Unión Europea y los Estados Unidos. El objetivo que persigue este acuerdo es el de la creación de un área de libre comercio entre las dos zonas. Con esto se facilitaría el comercio de bienes y servicios a la vez que se favorecerían las inversiones entre ambos países.
Desde el punto de vista estricto solamente estarían implicados los dos firmantes (Unión Europea y Estados Unidos). Sin embargo, el acuerdo sería de repercusión mundial por la magnitud de las dos economías. Lo mismo ocurre con los beneficios subyacentes de este tratado. Pese a que en un principio el acuerdo parezca que solo beneficiaría a los que lo firman, hay quien afirma que el hipotético efecto de armonización de las normas y el incremento del comercio pude beneficiar a algunos terceros países cercanos y potenciar el comercio interior de la UE.
Durante los últimos años se han suscrito numerosos acuerdos comerciales entre países que conforman regiones económicas, como Pacífico, América del Norte o América del Sur, dejando al margen los intereses europeos. Esto acentúa el fenómeno actual del cambio del núcleo central de la economía desde Occidente hacia el área de Asia-Pacífico. La política comercial de la UE no puede seguir impasible, pues esta nueva situación puede dejarla fuera del corazón de los grandes flujos económicos internacionales.
Para ello la Unión Europea y Estados Unidos están en negociación para la firma de un nuevo acuerdo comercial. Con ello se pretenden mejorar las condiciones para que las empresas europeas, especialmente pequeñas y medianas, exporten a Estados Unidos, reduciendo costes y generando nuevas oportunidades de negocio.
El principal problema es el temor por parte de la población a que suponga una violación de los estándares de vida europeos por la disminución de las barreras no arancelarias y regulaciones proteccionistas. Hay quienes ven el acuerdo como un ataque a la democracia y los derechos sociales, que quedarían en manos de las multinacionales, mientras que otros como una apuesta de crecimiento.
Esta división en la opinión pública se ve agravada por el secretismo que rodea a las negociaciones. Un secretismo ampliamente criticado que aviva todo tipo sospechas de la ciudadanía sobre el verdadero interés del acuerdo.
En conclusión, el TTIP no es un acuerdo clásico de comercio, sino que pretende ir más allá de la eliminación de aranceles. La importancia, y complicación, del TTIP es la adaptación de reglas y estándares técnicos. Las diferencias en la regulación pueden suponer unos costes adicionales que superarían a los aranceles actuales de algunos sectores.