Después de un turbulento año en medio de recesión económica, crisis sanitaria, problemas diplomáticos, alertas ambientales, entre otros sucesos, 2021 y el reloj marcando su inicio es, sin duda, un suspiro de vitalidad y esperanza para el mundo, considerando este un año de transformaciones, cambios y, por supuesto, el verdadero comienzo de la “nueva normalidad”. Latinoamérica, sumida en una realidad de folclor, limitaciones, corrupción y cautela, es llamada a ser una región recuperada capaz de volver a la senda de crecimiento que ha fascinado a locales y extranjeros recientemente.
Esta “nueva normalidad” trae consigo aún más desafíos en torno a vacunaciones efectivas, así como aprender a convivir con distanciamiento social mientras transformamos oficinas en espacios bioseguros y, por supuesto, adaptamos escritorios en las casas para teletrabajar con condiciones aún más favorables, comprendiendo al empleado como un ser humano capaz de sostener e incluso aumentar su productividad aprovechando las tecnologías disponibles en entornos más amables para el ser. Esto, claro está, alineado con planes de infraestructura y conectividad para llevar internet veloz y de calidad a hogares dentro y fuera de zonas urbanas, así como disponer de herramientas al alcance de empresas de distintos tamaños y capacidades. He aquí el dilema: problema y solución en la misma mesa.
Según las proyecciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe – CEPAL, la región espera despertar de su caída en 2020 superior al 7% y en 2021 volver a números positivos, buscando crecer a un ritmo de 3.7% bajo un efecto rebote que, además, supone un repunte de naciones abiertas al comercio y a mantener políticas dadas a la integración internacional, tales como Perú (9%), Panamá (5.5%) y Bolivia (5.1%). Sin embargo, es importante entender que no solo la inversión extranjera y el aumento paulatino de las exportaciones nacionales serán suficientes para alcanzar dichos objetivos, por lo que la intervención estatal será crucial durante este período. El gasto y el endeudamiento público jugarán un papel protagónico a lo largo de los meses, incluyendo estímulos para el tejido empresarial como rescate y alivio para miles de latinos sumidos en la angustia de sobrellevar una pandemia sin perderlo todo.
Aunque existe cierta desconfianza y recelo en la manera en que se esperan alcanzar dichas metas de crecimiento a nivel regional, los consumidores han ido adaptándose a los beneficios que trajo consigo la pandemia. El auge de la tecnología y los servicios a domicilio (delivery), los emprendimientos digitales, el ahorro en gastos cada vez más innecesarios, entre otros factores han diluido la idea de la cotidianidad y vislumbrado un perfil de cliente más selectivo y priorizador de sus necesidades. En cuanto a las empresas, estas no han cedido y en medio de la incertidumbre muchas han logrado adaptar sus productos y servicios para generar confianza y aprovechar los nuevos canales y aquellos que previamente eran incluso temidos, siendo el e-commerce como gran ganador post-covid 19.
Latinoamérica lo ha evidenciado. Con un aumento superior al 30% en usuarios, el e-commerce es hoy el “pan de cada día” para muchos consumidores, siendo Brasil y México los pioneros y Colombia y Chile mercados siguiendo sus pasos. Esto, claro está, ha repercutido en la transformación y optimización de la logística en la región, contribuyendo al mejoramiento de la competitividad y condiciones sociales y ambientales generales.
2021, año llamado a impulsar la economía y superar la más grande crisis global moderna, es un nuevo capítulo que se abre con los anhelos de gobiernos, trabajadores, empresas y desempleados, añorando reducir esta cifra en particular que parece no tener techo, así como la informalidad y el duro golpe en los bolsillos del común que, especialmente en latinoamérica, ha debido buscar nuevas maneras de subsistir. Este nuevo año es la muestra de la actitud humana resiliente que a pesar de las adversidades sabe reponerse. Lo ha hecho antes y seguramente lo hará ahora, aún más fuerte que en sus inicios y con otra lección aprendida.
Artículo escrito por: Nicolás Torres