Una historia de novela digna de contar. Así podría resumirse la relación binacional entre Colombia y Reino Unido, proveniente de antaño y permeada por conflictos internacionales, alianzas estratégicas y desarrollo comercial de gran importancia para ambos mercados. Esto, sin lugar a dudas, marcando un precedente para Europa y su influencia en hispanoamérica, amplia e históricamente enlazada con la península ibérica desde tiempos de la conquista.
Es precisamente especial la manera estrecha en que el Reino Unido influyó durante la colonia y período de descolonización de Nueva Granada (hoy República de Colombia), desde su sitio de Cartagena en 1741 y piratería constante en las aguas del Mar Caribe, pasando por la Guerra de Independencia tomando parte la Legión Británica como soporte a los esfuerzos de criollos y americanos sopesando la influencia (ya decadente) del Imperio Español con sus colonias en América, y finalmente las relaciones modernas, envueltas en apoyo institucional y diplomático en los procesos democráticos nacionales, incluyendo el acuerdo de paz junto a las FARC en 2016, además de las cercanas relaciones comerciales durante la permanencia de la isla en la Unión Europea.
Este cambio liderado por el “Brexit” un desafío para los negocios globales, comprendiendo nuevas medidas para integrar al Reino Unido de manera independiente y sin perder grandes avances logrados por medio de la Unión Europea en materia arancelaria, así como protocolos sanitarios y documentales, entre otros. Así, Colombia ha replanteado dicho acuerdo para sostener bajo este nuevo tratado aquellos beneficios mutuamente reconocidos en el TLC firmado en 2013, incluyendo las preferencias arancelarias para el ingreso de productos colombianos al área británica, ya hoy fuera del bloque económico.
Este acuerdo enviado a sanción presidencial la última semana de octubre supone un gran paso en continuar estrechando dichas relaciones, encontrando grandes beneficiados a nivel local como lo es el sector agropecuario (más del 60% del total de exportaciones colombianas a la isla en 2019, las cuales representaron un monto superior a USD $470 millones) liderado por el banano y plátano fresco, café y aguacate, además del sector minero energético, bienes industriales, plásticos y confecciones. En la otra dirección, según la DIAN, el país cafetero es un importante socio en Latinoamérica para la nación británica, representando cerca de USD $600 millones en compras totales de diversos productos, tales como whisky, gasolinas sin tetraetilo de plomo, medicamentos y automóviles. (4×4 en su mayoría).
De acuerdo a información provista por el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo (MinCIT), Reino Unido continuará siendo un aliado determinante para el desarrollo del comercio nacional, además de serlo en términos de inversión, compras públicas y propiedad intelectual. Ante este panorama, aun estando presentes los efectos del Brexit en Colombia, el país ratifica su interés en continuar su actitud de apertura económica y encontrar oportunidades para su industria, reforzando la importancia cada vez mayor del Reino Unido en su balanza: 10.2% de exportaciones a la Unión Europea en 2019 tuvieron este destino, mientras 7.4% de dichas importaciones provenían de la isla.
Aunque dichas estadísticas se vean afectadas ante la coyuntura actual de la COVID-19 y su paso alrededor del mundo, Colombia es optimista y sus empresarios se encuentran prestos a superar diferencias, acortar distancias y explorar las ventajas de cooperar con un Estado llamado a seguir escribiendo historia, ahora un poco más en español.
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Artículo escrito por: Nicolás Torres