En el convulsionado año 2020, Colombia ocupó el puesto 25 en el Índice de Transición Energética del Foro Económico Mundial que indica el potencial del país para ser referente en la transformación energética, demostrando un gran avance en infraestructura y mayor aprovechamiento del potencial local, especialmente en proyectos sostenibles fuera de la matriz convencional hoy enfocada en centrales hídricas y térmicas. Sin embargo, dichos avances se ven opacados por la aún baja competitividad en el mercado mayorista de energía eléctrica, así como la falta de estandarización de contratos, falta de información de precios en el mercado bilateral, alta exposición a fenómenos climáticos, entre otros factores que, sumados a la compleja regulación actual, han impedido un rápido crecimiento y desarrollo del sector.
Ante esta situación y gracias a los esfuerzos de autoridades locales y el sector privado, se espera que Colombia continúe dicha transición energética de primera categoría bajo distintas iniciativas, tales como la introducción de un equipo de expertos (entre nacionales y extranjeros) en 2019 para llevar a cabo la Misión de Transformación Energética que pretende diseñar la hoja de ruta para la energía del futuro. Así, estas iniciativas vislumbran una gran variedad de oportunidades para nacionales y extranjeros (especialmente por medio de alianzas y licitaciones públicas) para trabajar en el país, aún frente a condiciones adversas como la pandemia en curso.
Durante el paso de la Covid-19 por el país, el sector de energía ha tenido un rol estratégico al ser considerado el segundo más importante (aproximadamente 13% de los ingresos nacionales). Además, su papel en la captación de inversión extranjera directa reciente es preponderante, teniendo 33 proyectos priorizados con inversiones por $36 billones, repercutiendo no solo a nivel económico sino en la generación de empleo y desarrollo en las regiones donde se efectúan. Por esto y aún con la pandemia en curso, el sector no ha dado freno del todo a su actividad mientras la demanda industrial y comercial de energía y gas continúa su crecimiento constante (en comparación con la doméstica, la cual no se ha visto afectada negativamente).
Un hito importante de los últimos años y con miras a la mejora del sector (diversificar la matriz energética) fue la subasta exclusiva para Energías Renovables No Convencionales (ERNC) en Colombia que fue realizada en el 2019. Esto daba paso a que Colombia pueda incrementar casi 40 veces la capacidad actual de generación eléctrica a partir del uso de renovables, asignando contratos con un nuevo costo (aproximadamente 34% inferior al de los actuales contratos bilaterales de energía en el mercado). Los contratos fueron asignados a 7 empresas con 8 proyectos de generación (5 eólicos y 3 solares), siendo un claro ejemplo del rumbo que se encuentra tomando la nación cafetera, sumando importancia dentro del mercado energético mundial bajo la premisa de economía, sostenibilidad y equidad.
Como es bien sabido, este sector cuenta con un amplio potencial de desarrollo y de diversificación, siendo además un motor para otros como el transporte donde las iniciativas de movilidad sostenible son cada vez más relevantes, contando actualmente con más de 600,000 vehículos transformados a gas natural y más de 1,400 eléctricos particulares en circulación, además de sistemas de transporte público más eficientes a la vanguardia, resaltando Bogotá y su flota contratada de más de 1.600 buses 100% eléctricos, siendo la mayor flota de latinoamérica y un claro ejemplo de los beneficios de este desafío de transformación que apenas comienza.
Desde How2Go te ayudamos a encontrar ese espacio que necesita tu empresa en el mercado de la energía en Colombia. No dudes en contactar con nosotros a través de nuestro email: contacto@h2gconsulting.com
Artículo escrito por: Nicolas Torres