Uno de los sectores con mayor potencial y herramienta indispensable para la configuración de la logística multimodal y el desarrollo competitivo de los países es, por supuesto, su infraestructura. Históricamente, países como Colombia se han inclinado por el transporte terrestre como eje de la movilidad y transformación nacional, comprendiendo la difícil geografía que la cordillera de los andes, la selva amazónica y la impetuosa orinoquía representan. Aún así, el país consolidó una red en la cual ha invertido grandes recursos y esfuerzos para optimizar tiempos y, por supuesto, superar los obstáculos naturales.
Las vías ferroviarias durante el siglo XX fueron relegadas y el gremio camionero tomó el liderazgo imponiendo sus condiciones. Aún así, hoy por hoy, la nación cafetera comprende nuevos desafíos y nuevas tecnologías que se alzan como referentes para la logística y el comercio global, siendo el mercado astillero uno de los diamantes en bruto con mayor oportunidad de explotar, gracias a las fuentes hídricas de las que se beneficia (acceso a mar Caribe y océano pacífico, así como grandes ríos como el Cauca y el Magdalena, principal arteria nacional).
En Colombia actualmente se encuentran registrados 50 astilleros y talleres de reparación (44% de ellos en Cartagena), convirtiéndose en un motor empresarial y fondo de empleo constante. Gracias a la inversión atraída y la priorización establecida dentro de fondos públicos y privados, las exportaciones por navegación marítima y fluvial durante los primeros cinco meses del 2021 alcanzaron un total de US $1,707 miles de dólares FOB, encontrando en Panamá, Costa Rica, Canadá y Estados Unidos destinos de alto interés para el comercio nacional, mientras que los principales buques de los países de Panamá, Liberia, Islas Marshall, Singapur y Malta fueron los que arribaron en los puertos nacionales. Según la Muestra Trimestral de Comercio Exterior de Servicios, realizado por el DANE, durante el primer trimestre del 2021, el mantenimiento y reparación de transporte marítimo aportó a las exportaciones un total de US $3, 741 miles de dólares.
No obstante, estas cifras sugieren que el camino aún requiere mayor atención y vislumbra un sinnúmero de oportunidades para empresas de la cadena. Desde el gobierno se ha impulsado el programa de fomento para la industria de astilleros, “Proastilleros”, en línea con la innovación y tecnificación del sector permitiendo incentivar la construcción de buques al eliminar aranceles a la importación de 395 partidas de bienes y materias primas, buscando posicionar a Colombia como “potencia bioceánica a 2030” a partir de reformas para el sector, impulsando el desarrollo de clústeres orientados a la producción de insumos y proveedores de servicios especializados en la industria astillera. Empero, también se potenciará COTECMAR, considerado el dinamizador de la industria astillera.
En palabras del ex-Ministro de Comercio, Industria y Turismo, José Manuel Restrepo, “la construcción de naves en Colombia es una gran oportunidad de crecimiento para sectores de la industria como el acero, la propulsión, las puertas, la producción de vidrio, la carpintería metálica, entre otros”, siendo un gran atractivo para la región comprendiendo costos bajos y un aprovechamiento de la tasa cambiaria, hoy por hoy enfrentando una gran depreciación del peso colombiano frente a monedas como el dólar o euro. Así, los encadenamientos productos y los proyectos público-privados se reafirman como grandes alternativas para el crecimiento económico del país.
¿Y la pandemia? Es pregunta rutinaria dentro de y el sector no es ajeno a la coyuntura. La respuesta ha sido la atracción de inversión extranjera y la inclusión de clusters para la reactivación económica soportados en innovación e implementación de tecnologías emergentes, tales como blockchain, machine learning, big data e incluso impresión 3D; esta última con gran funcionalidad para la fabricación de repuestos y piezas de bajo costo. Es la industria 4.0 la herramienta ideal para fortalecer la competitividad empresarial en línea con estándares y tendencias globales.
Es este nuevo panorama el llamado a permitir (y requerirá) el uso de documentos electrónicos como smart contracts, sistemas de manufactura inteligentes, simulación de procesos, soporte logístico integrado, arribo de buques no físicos y puertos inteligentes. El futuro del sector contempla el desarrollo de una industria astillera inteligente en favor de la sostenibilidad nacional.
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Artículo escrito por Nicolás Torres