Antes de mirar hacía la implicación que tendrá el Brexit sobre las PYMES españolas, creo necesario mirar más hacía un ámbito macro-económico en un primer tiempo.
El Brexit ha generado una gran incertidumbre, económica, política y social. Se prevé una cierta reducción de las exportaciones hacia el Reino Unido, debido a las medidas proteccionistas que se tomarán, y los primeros afectados serán las PYMEs, y España cuenta con el 99,88% de PYME’s dentro de su tejido empresarial. (se prevé una reducción del 7% de las exportaciones españolas hacía el Reino Unido).
El Reino Unido es el primer destino de inversión para las empresas españolas en Europa, y representa el mayor socio comercial europeo. Con la aprobación del Brexit, las pequeñas empresas españolas serán las primeras en sufrir las consecuencias negativas, provocando un menor crecimiento y una reducción de las márgenes de beneficio en operaciones en dicho mercado.
No sólo se verán afectadas las empresas que exportan hacía el Reino Unido sino también las empresas españolas en el territorio español. Con la bajada de la libra esterlina y las posibles mayores barreras de entrada de los residentes británicos hacía España, se verá reducido tanto el poder adquisitivo como la facilidad de entrada de los británicos, así como tal vez también el acceso a los servicios hoy por hoy facilitados gratuitamente, como principalmente la sanidad.
Estos fenómenos entorpecerán los grandes lazos económicos que unen actualmente ambos países, reduciendo la inversión y los gastos de los británicos en España. En la actualidad, 80% de los británicos viviendo fuera del Reino Unido viven en España, y para la mayoría de los británicos, el destino favorito de vacaciones es España, pero debido a la reducción de su poder adquisitivo, considerarán a partir de ahora viajar localmente dentro del Reino Unido en vez de salir hacía fuera, perjudicando esencialmente el sector inmobiliario y turístico español, y todos los negocios locales adyacentes.
Aún es pronto para saber el alcance que el Brexit tendrá, si bien es cierto que existe la esperanza de que al final impere la cordura por ambas partes, por lo que las consecuencias son difíciles de predecir y dependerán mucho de las condiciones de salida de la Comunidad europea que se pacten.
En términos generales, no hay una alarma exagerada, excepto tal vez en lo que se refiere al capital humano, ya que estará muy sujeto a la política de inmigración del país, estableciendo un numerus clausus en cuanto a la cantidad máxima permitida de entrada de inmigrantes al año. Se fijará una limitación en cuanto a la generación de visado de trabajo para extranjeros, pero lo más probable es que se haga por sectores, ya que el Reino Unido necesita mano de obra extranjera cualificada.
Otros elementos, no menos importantes que afectarán a las PYME’s españolas serán la pérdida del libre comercio y el endurecimiento de las condiciones financieras.
Con la pérdida de los acuerdos comunitarios de libre comercio, aparecerán procedimientos generales más lentos, más complejos y más costosos para hacer negocio en el Reino Unido y también para invertir ahí, hecho que afectará a las PYME’s esencialmente porque suelen tener menos recursos financieros y carecen de tamaño de recursos humanos que los grandes grupos o grandes empresas.
En cuanto al endurecimiento de las condiciones financieras, estas provocarán una cierta inestabilidad política y de relaciones entre la Comunidad Europea y el Reino Unido. La situación resultante de este endurecimiento provocará una desaceleración del ritmo de negocio entre ambas partes y una disminución de demanda de productos y servicios extranjeros.
Otro hecho importante también debido al posible “bloqueo” del mercado británico hasta decidirse el nuevo marco comercial será la pérdida del poder adquisitivo de los británicos, principalmente debido a la debilidad de la moneda local, reduciendo los gastos e inversiones que estos puedan realizar.
Otro elemento a considerar es la posibilidad de acuerdos del Reino Unido con nuevos socios comerciales, privilegiando relaciones comerciales con estos últimos y perjudicando las empresas de la Comunidad Europea, como pueden ser nuevos acuerdos con empresas asiáticas o australianas, provocando una mayor dificultad en términos de competitividad de los productos españoles.
Se ha notado un ligero cambio hacía los extranjeros residentes en el Reino Unido en general, los extranjeros solían ser vistos como invitados legítimos, y ahora se ven más como inmigrantes. Pero esta situación no se aplica realmente tanto hacia los españoles. De hecho, España suele tener una muy buena imagen en el Reino Unido, además los británicos conocer muy bien a España, por lo que no se deja entrever cualquier tipo de boicot hacía la empresa o la marca española.
En un momento dado, si surgen tensiones entre ambos países/bloques, eso puede requerir más tacto y mano izquierda si tu interlocutor es pro-Brexit. El Reino Unido está bastante dividido en torno al tema, pero por lo general se espera que haya solución más o menos equitativa para ambos lados.
De momento, considerando la incertidumbre, puede que toda idea de financiación resulte más compleja y cara debido a la falta de decisión en cuanto al posible acuerdo futuro de comercio entre el Reino Unido y la Comunidad Europea.
Bajo los peores escenarios, pueden aumentar los aranceles hasta los niveles máximos establecidos por la OMC y otras barreras. Ello dificultaría el negocio, aunque el impacto variaría por sectores. En un entorno de márgenes muchas veces reducido el impacto puede llegar ser considerable. Con el Brexit, aumentarán los aranceles y las barreras de entrada se harán más duras para los productos extranjeros, provocando una bajada en la facturación y una reducción de los márgenes de beneficio de las empresas en sus operaciones comerciales con el Reino Unido.
Quizás la mayor barrera de entrada pudiese ser la debilidad de la libra esterlina.
Probablemente no se sepa el escenario más probable hasta dentro de un par de años, pero a partir de las elecciones alemanas quizás comience a perfilarse mejor la estrategia europea. También influirán las elecciones en el Reino Unido, y si los pronósticos se cumplen, ganaría el Partido Conservador, partido que impulsaría una política comercial la más abierta posible teóricamente.
Actualmente no hay cambios, pero los cambios se producirán seguramente en un plazo de 2 a 3 años, una vez las negociaciones finalizadas. La City se verá más que probablemente afectada porque las empresas van a mirar hacia fuera, como Alemania o Francia, países pro-europeos o incluso hacía Irlanda, por su cercanía geográfica y cultural. La City tiene una gran cantidad de trabajadores extranjeros, por lo que se va a generar un miedo a perder gran cantidad de mano de obra cualificada.
La posible deslocalización de muchas empresas de la City debido a la falta de confianza y una cierta inestabilidad generalizada (se estima que un 25% de los servicios financieros de la Comunidad Europea se realizan desde la City Londinense) daría un golpe bastante duro a la imagen y la competitividad de la City.
El referéndum y las próximas elecciones provocan una inestabilidad de la moneda inglesa. No obstante, en caso de un ‘soft-Brexit’, puede que lo peor de la depreciación ya haya pasado.
Hay estrategias de cobertura de riesgo de tipo de cambio, si bien suelen estar fuera del alcance técnico y económico de la mayoría de las PYMES. Si se pueden fijar los contratos en euros, sería lo más deseable, aunque no parece que sería una práctica común y fácil de instaurar en las relaciones con empresas del Reino Unido.
Para las exportaciones hacia el Reino Unido, está claro que la debilidad de la libra esterlina provoca un efecto negativo en cuanto a la competitividad de las empresas extranjeras, ya que cuanto más cerca se encuentre el Euro de la libra, menos será la diferencia de coste entre un producto extranjero y un producto local.
En conclusión, la bajada de la libra esterlina afecta negativamente a los exportadores, pero beneficia a los importadores. Con el fin del libre comercio, el comercio entre el Reino Unido y la Comunidad Europea se vería afectado negativamente en términos generales.
Existen una varios de sectores que se verán afectados. Detallo una lista no exhaustiva de los sectores más expuestos a cambios.
El más afectado por la caída de la moneda británica, ya que bajan los ingresos reales, provocando un consumo general inferior. Esta situación puede incluso provocar que los británicos se planteen vender sus propiedades en el suelo español y dejar de invertir en España, provocando entonces a la nueva construcción, y sus negocios subyacentes, como las empresas constructoras, los arquitectos, los carpinteros, los electricistas, venta de materiales de construcción y muebles, etc…
Aumentarán el valor relativo de los paquetes de viajes, mayor complejidad de entrada de turistas ingleses en España. Este fenómeno puede provocar que los ingleses prefieren quedarse en el Reino Unido, lo que tendrá una repercusión directa en el sector hotelero y de restauración esencialmente.
Mayor dificultad para realizar operaciones comerciales en el Reino Unido unido a una política financiera más rígida y estricta del sector bancario en general.
El Reino Unido es el tercer comprador de productos de este tipo españoles. Con las nuevas medidas de proteccionismo local, se verá reducido el consumo de estos productos en el Reino Unido.
Aumento de impuestos sobre este tipo de productos.
Con las nuevas medidas de proteccionismo local, se verá reducido el consumo de estos productos en el Reino Unido.
Si bajo un escenario medio-malo la oportunidad para la PYME española sigue considerándose significativa, entonces se le recomendaría de seguir adelante con los planes iniciales, pero se recomendaría evitar sobredimensionar cualquier operación ahí hasta que no se tenga más certidumbre.
Las PYME’s tienen menos fuerza para afrontar implantaciones de soluciones a situaciones de trabajo ahí en el Reino Unido, debido esencialmente a la inseguridad jurídica y económica, afectando a todos los actores de la cadena (empresa, proveedor, cliente y banco).
Una pequeña ventaja es que quizás muchos competidores extranjeros se echen atrás dejando el campo libre a las PYME’s españolas. Todo tiene su límite, pero el que no arriesga nunca gana. España tiene que aprovechar su situación de visión positiva de por parte de los británicos como socio colaborador para diferenciarse de los demás países y aprovechar las nuevas oportunidades que se podrán presentar.
En lo que se refiere a establecerse en el Reino Unido, recomendaría enviar al principio un equipo propio, sin contar demasiado con mano de obra local, evitando así entrar en costes muy importantes de recursos humanos y complejidad administrativa resultante de esta nueva situación con el Brexit hasta conocer los términos finales del acuerdo en cuanto a la política de apertura de empresa extranjera, política de contratación y política de inmigración.
En otras palabras, no realizar la inversión total, desde el principio, pero proceder mejor poco a poco, especialmente en el corto plazo, donde las inversiones se perfilan como más arriesgadas.
El Reino Unido funciona mucho con “relacionamiento”, por lo que esta óptica más conservadora permitirá conocer mejor el mercado y realmente ver las oportunidades de inversión y acción a realizar.
Régis Glaude, International Trade Consultant at HowGo