El descubrimiento por parte de la NASA de un nuevo sistema solar formado por siete planetas del tamaño de la Tierra y situado a 40 años luz de nosotros, está siendo una de las noticias más comentadas actualmente. Uno de los aspectos más interesantes del descubrimiento es la posibilidad de que en alguno de esos planetas exista vida. El indicio fundamental que permite hacer pensar en ello es la existencia de condiciones físicas que hacen posible la presencia en su superficie de agua líquida. El agua que, como afirman los biólogos, es la condición indispensable para la vida.
Aún queda mucho para llegar a determinar si en estos o en otros planetas de la Galaxia existen seres vivos y, sobre todo, seres vivos dotados de inteligencia. Sin embargo, algo que hasta ahora era territorio de la ciencia ficción y el cine, empieza a atisbarse como posible en la realidad.
La idea de la importancia del agua en la aparición y desarrollo de la vida la tenemos clara desde el comienzo en How2Go. De hecho, venimos trabajando desde hace años con una metodología inspirada en el ciclo del agua. Una metodología centrada en acompañar a nuestros clientes a lo largo de todo el proceso de internacionalización mediante un completo portfolio de servicios y el apoyo de nuestros consultores. Para hacer realidad los proyectos de internacionalización de nuestros clientes hemos diseñado una metodología basada en las tres fases del ciclo del agua: condensación, precipitación y evaporación.
Así, tras analizar las posibilidades de internacionalización del cliente y elaborar un plan para llevarla a cabo (condensación), integramos en el proyecto a un consultor nuestro de la oficina del país de destino a modo de country manager temporal con la misión de dar soporte durante la fase de implantación del plan (precipitación). Una vez que nuestros clientes pueden llevar a cabo su gestión de manera autónoma, consideramos que hemos alcanzado los objetivos de nuestro proyecto e iniciamos en proceso de evaporación.
Posiblemente en How2Go nunca tengamos que llevar a cabo un proyecto de internacionalización en algún planeta remoto de la Galaxia… o sí, ¿quién sabe? Al fin y al cabo, nunca se puede decir “de este agua no beberé“. Si es así, seguiremos confiando en nuestra forma de trabajar en torno al ciclo del agua.