Según las informaciones del Banco Mundial, publicadas en su Global Economic Prospects del 8 de enero, la economía mundial ha entrado en una fase de desaceleración.
Por un lado, el comercio internacional y la actividad manufacturera se han atenuado, las tensiones comerciales siguen siendo altas y los mercados financieros de algunos de los grandes mercados emergentes han experimentado considerables presiones.
Por otro, se prevé que la disminución de la demanda externa, el aumento del coste del endeudamiento y la incertidumbre en materia de políticas influyen en las perspectivas de las economías de mercados emergentes y en desarrollo.
Ateniéndonos a todos estos factores la proyección es que la tasa de crecimiento se reducirá en 2019 a un 2% en los países avanzados y a un 4,2% en los países emergentes y en vías de desarrollo. A nivel global, la tasa de crecimiento pasaría del 3% (una cifra revisada a la baja) en 2018 al 2,9% en 2019 y 2,8% en 2020.
Es bien conocido que la relación entre el crecimiento económico y el comercio internacional es muy estrecha. En este aspecto, las medidas proteccionistas afectan negativamente al comercio, lo cual perjudica al crecimiento económico. De igal modo, la desaceleración de éste último tiene un impacto directo sobre los flujos de comercio al reducir la demanda de importaciones.
En la desaceleración del comercio internacional también está influyendo el aumento de las medidas proteccionistas. Según los datos presentados por la Organización Mundial del Comercio, los países miembros de la misma aplicaron 137 medidas restrictivas del comercio (elevaciones de aranceles, restricciones cuantitativas e impuestos sobre la exportación…) entre octubre de 2017 y octubre de 2018, lo que representa un aumento en relación al periodo anterior.
Los conflictos más relevantes, son los que se dan entre las dos grandes potencias de China y EEUU en materia comercial, que se ha convertido en uno de los factores que más incertidumbre genera; y el Brexit.
En el asunto del Brexit, como ya hemos comentado anteriormente, al gobierno de Reino Unido no le está siendo fácil cumplir el mandato del referéndum para abandonar la Unión Europea. Las negociaciones con las instituciones europeas y los Estados miembros han sido tensas y existen dudas sobre el respaldo del parlamento británico al acuerdo de divorcio.
Sin embargo hay motivos para la esperanza. La firma de los tratados de comercio de EEUU con Canadá y México pueden ser un primer paso para la reducción de la ola proteccionista que parece que se está instalando en los mercados.
Fuentes: WTO , Banco Mundial