Colombia, tradicionalmente enmarcada en una política cercana a las Américas (Estados Unidos como principal socio económico, junto a sus vecinos fronterizos de habla hispana), desde el siglo XX ha iniciado una labor de descubrimiento y desarrollo en materia diplomática, izando banderas en territorios cada vez más distantes permitiendo el arribo de connacionales y con ello la introducción de productos y servicios tricolores, así como el ingreso de nuevas soluciones para el consumidor local desde destinos antes denominados “exóticos”, hoy socios con relevancia en la balanza comercial.
Uno de estos casos, sin duda, es Portugal, economía con limitada extensión geográfica (8% de la extensión de Colombia) pero con gran atractivo por su variada oferta exportable, desde productos para la construcción, tecnología, agroalimentos y servicios. Entendiendo la principal barrera cultural entre ambas naciones (idioma oficial), sumado a la distancia geográfica, las relaciones se fueron cocinando de manera lenta a lo largo del siglo XIX con un punto de inflexión hasta la década de 1990, siendo ésta de especial interés para el país cafetero frente a su momento de “apertura económica” impulsada por reformas hacia el libre comercio e integración globalizada.
Para 2013, el panorama luso y colombiano cambió drásticamente. La entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio entre el país sudamericano (junto a sus vecinos Perú y Ecuador -desde 2017-) y la Unión Europea permeó múltiples industrias y aumentó la diversificación en pro del crecimiento regional. Si bien respondió a una necesidad de posicionar a Colombia en el contexto político y económico a nivel mundial, así como diversificar mercados ante la crisis mundial de 2008 y aumentar la internacionalización y el potencial exportador nacional, Portugal hizo lo propio encontrando en latinoamérica un destino atractivo, estable y con grandes oportunidades para su estratégica expansión.
Es destacable mencionar que, a 2021, el repunte que han mostrado Colombia y Portugal no pasa desapercibido. El PBI en términos reales del país luso, por ejemplo, registró una variación interanual del 4,2% en el 3er trimestre de 2021. En el trimestre anterior la variación interanual del PIB había sido del 16,2%, en gran parte influenciado por el fuerte impacto de la pandemia en el segundo trimestre de 2020. Por su parte, Colombia registró un crecimiento del PIB en el 2do trimestre de 2021 17,6 %, respecto al mismo periodo de 2020 el cual llegó a -15,7%, reflejando una notable mejora en el ritmo de reactivación económica en función de la vacunación intensiva que se continúa realizando a nivel nacional.
Desde la perspectiva del comercio exterior binacional, las exportaciones colombianas a Portugal alcanzaron USD $50.1 millones en 2020, ubicándose en el quinto lugar destino de exportaciones con (4%) para Latinoamérica, donde Brasil se consolida como el principal con 53%. De acuerdo a cifras de Aicep Portugal, en el 2019, 396 empresas portuguesas exportaron a Colombia, encontrando en este mercado una posición favorable para materializar sus planes de crecimiento y expansión. Dentro de su oferta se destaca: carbón, banano, frutos cítricos, plásticos, café y maquinaria, siendo esta última altamente competitiva aprovechando los niveles de innovación y desarrollo de Portugal y el descenso de la oferta a nivel global como resultado del paso del Covid-19.
Dicho crecimiento comercial binacional se ha visto soportado, también, por el auge de sectores con apoyo de tecnología e inversión externa como es el caso del agropecuario donde Portugal registra altos volúmenes en sus importaciones (USD $13.7 mil millones en 2019) destacando las hortalizas, raíces y tubérculos, creciendo 24.9%, mientras que las frutas, aprox. 18% (TradeMap) siendo de especial interés la presencia de cítricos y melones con valor de importación mundial de USD $879.83 millones. Por su parte, Colombia participó en dicha canasta con el 3% (USD $25 mil) con tendencia a incrementarse en la próxima década gracias a los programas de intensificación productiva para el agro por medio de la CCI, MinAgricultura y Procolombia, entre otras entidades.
Comprendiendo el tejido empresarial de Colombia, en la actualidad hay más de 5.800 empresas dedicadas a la elaboración de bebidas, productos alimenticios; agricultura, ganadería, caza y actividades anexas, posicionado al país como el cuarto con mayor cantidad de proyectos de inversión en agroalimentos de Latinoamérica con 46 proyectos. Esto, por supuesto, supone oportunidades de interés para empresarios lusos quienes han aumentado sus importaciones en esta materia, siendo la carne uno de los productos más sobresalientes con un aumento respecto al año anterior de 13,3%, representado en USD $1.25 mil millones.
Sumado a lo anterior, la industria manufacturera portuguesa (AIMMAP) se encuentra en expansión y los clusters son claves en esta transformación diseñando, desarrollando y fabricando piezas técnicas y componentes de energía mecánica con alto valor agregado. Ante este horizonte, Colombia vislumbra una ocasión de tecnificar su industria con precios competitivos, así como ofrecer productos y servicios para complementar la oferta exterior apalancado en beneficios arancelarios y demás ventajas obtenidas a través de sus acuerdos comerciales, descubriendo mercados con gran potencial como Portugal como destino cada vez más opcionado y en 2021 no es excepción, destacando la participación cafetera en la jornada de Portugal Exportador en su decimosexta edición interactuando oferta y demanda multisectorial en un solo lugar. Para más información: www.portugalexportador.pt.
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Artículo escrito por: Martha Toledo